Els sindicats: Metges de
Catalunya, CCOO, UGT, SATSE - Sindicat d'infermeria i CATAC recorden que els
treballadors de l'ICS, com a la resta del funcionariat, ja se'ls va retallar el
sou un 5% al maig del 2010. Al 2011 han vingut la congelació salarial i les
retallades dels recursos als centres: "L'ICS ha acomiadat centenars
d'interins i no substitueix les baixes; ha tancat plantes i quiròfans; ara, vol
tancar els serveis centrals dels hospitals cinc dies", expliquen. Però
encara n'hi ha més: "A tot això s'afegeix ara l'anunci que és necessari
retallar la nostra nòmina de desembre; si no acceptem, ens amenacen: serà
necessari acomiadar 1.500 companys interins!"
Els sindicats recorden
la promesa del gerent de l'ICS, segons la qual la nova retallada de sous
"aniria acompanyada d'altres mesures de gestió que permetrien augmentar
l'activitat hospitalària, al temps que eradicarien irregularitats i situacions
de privilegi que en l'actual situació de crisi són insostenibles". Ara bé,
segons aquests, totes les "bones intencions han quedat en un calaix i
només es manté la voluntat irreductible" de reduir novament els salaris.
En aquest context, la
notícia dels plans per dividir l'ICS en petites empreses ha caigut com una
bomba. El sindicat UGT ha expressat el seu "profund malestar" per les
informacions conegudes a través de la premsa. "El president de la
Generalitat ha negat la intenció de privatitzar l'ICS, però no ha negat
l'existència de l'informe intern filtrat ni el contingut d'aquest",
destaquen des de l'organització.
CCOO, per la seva banda,
ha dit a través d'un comunicat que considera "del tot insuficients"
les explicacions que ha donat l'ICS en relació a la notícia publicada pel diari
El País. Aquest sindicat "exigeix al Govern que publiqui el document"
a què fa referència la informació coneguda dimecres, per tal de poder-ne
valorar el contingut. CCOO recorda que la Llei de l'Institut Català de Salut va
ser aprovada amb el consens de tots els grups parlamentaris perquè garantia que
l'empresa seria totalment pública, que tindria personalitat jurídica única, que
a les instal·lacions de l'ICS no es prestaria assistència sanitària privada i
que es mantindria el règim jurídic del personal. Tot i així, "la Llei de
l'ICS ja va ser modificada per canviar el règim jurídic del personal",
recorden.
El Parlament rechaza una moción que
exige frenar el 'tijeretazo' sanitario
MAIOL ROGER - EL PAÍS - 21/10/2011
El PP es el complemento perfecto de CiU en esta legislatura: le sirve de
muleta para aprobar las principales leyes del primer año de mandato de Artur
Mas y de salvavidas para evitar la censura al Gobierno cuando la oposición
aprieta las tuercas. Ayer en el Parlament se vivió un episodio más: el PSC
presentó una moción en la que se exigía al Gobierno "dejar sin efecto los
recortes previstos en el sistema sanitario público". Estos textos no son
vinculantes, por lo que el Ejecutivo de Mas, como ha hecho en otras ocasiones,
podía haber hecho oídos sordos. Sin embargo, su aprobación habría supuesto una
dura censura a la política de recortes en sanidad.
El texto resultante solo obliga a la Generalitat a informar en un plazo de
20 días sobre los efectos de las clausuras de urgencias nocturnas en
ambulatorios y la idoneidad -o no- de replantear algunos de estos cierres. Nada
más. El Parlament no reprueba, por tanto, el acelerón en los ajustes que CiU
exige para ahorrar unos 80 millones de euros en el último trimestre del año.
Más de la mitad, unos 45 millones, de las nóminas del personal sanitario. La
Cámara catalana tampoco censura retirar media paga extra de Navidad a los
profesionales del sector y paralizar los hospitales públicos al menos durante cinco
días para ahorrar alrededor de un millón de euros.
CiU y PP maniobraron para conseguirlo: el grupo popular se abstuvo en la
votación de la moción socialista y se aseguró, a cambio, la aprobación de un
texto propio sobre los recortes de sanidad. CiU logró convertir el texto
inicialmente crítico de los populares en un simple propósito de revisión por
parte del Gobierno. El resto de la oposición denunció el pacto de CiU con el PP
para evitar "el revolcón" parlamentario.
La moción del PP se votó antes que la del PSC. Por ello, los socialistas
conocían de antemano el pacto. En un gesto para dejar en evidencia el acuerdo,
eliminaron todos los puntos de su texto (referidos a medidas concretas del
Gobierno) y dejaron solo el que exigía la paralización total del tijeretazo. El
grupo de Sánchez-Camacho se abstuvo y se limitó a sacar pecho de su propia
moción. "Hace pocos minutos hemos logrado que reconozca los errores y tome
las medidas para rectificar los que se han cometido hasta ahora", celebró
la diputada del PP Eva García. CiU no lo vio igual: solo se refirió a la
"eficiencia" del sistema y no hizo ninguna crítica a los ajustes en
Sanidad.
El PP intentó justificar su abstención a la moción presentada por los
socialistas asegurando que no estaba de acuerdo con los plazos fijados. La
diputada ecosocialista Laia Ortiz reprendió a los populares por su actitud:
"Ustedes pueden hacer todos los papeles, pero nos vamos conociendo. Si
ustedes no votan paralizar los recortes en sanidad, es por algo", criticó.
"Los ciudadanos asistimos con perplejidad a una continua degradación de
los servicios de sanidad", sentenció el diputado y portavoz de salud del
PSC, Josep Maria Sabaté.
En los primeros seis meses de Gobierno de CiU, recordó Sabaté, la sanidad
pública catalana ha experimentado un retroceso en los principales indicadores.
Las listas de espera han aumentado el 22% el primer semestre del año en
relación con el mismo periodo de 2009, mientras que la actividad del transporte
sanitario no urgente -también recortado por Salud- ha caído alrededor del 10%.
"Y son datos hasta antes del verano, cuando los recortes en sanidad no
hacían más que empezar", lamentó Sabaté.
Sanidad 'business
friendly'
MARGARITA RIVIÈRE - EL PAÍS - 20/10/2011
Cuando vayamos al ambulatorio en busca
de un médico que nos mitigue el dolor nos encontraremos con un MBA
No era un bulo. Ayer este periódico, con la firma de Lluís Pellicer y
Ferran Balsells, dio a conocer un documento interno de trabajo titulado La gobernanza del ICS. Para eso están los
periódicos todavía: el texto confirma que, además de un cambio de valores
humanos de consideración, el futuro de la sanidad catalana será privado, en
buena parte. La sanidad pública -la que todos pagamos, hemos construido con
esfuerzo para que abarcara a una mayoría de personas y nos llena de orgullo a
varias generaciones de catalanes-, se dice, está obsoleta: modernicemos, pues,
catalanes. A ver si de una vez nos enteramos: la salud es el mejor negocio. Los
mercados esperan. ¿No anunció hace tiempo el Gobierno de Arturas una política business friendly? ¿Hay mayor gesto de
amistad a los negocios que poner la salud y la enfermedad a su disposición
En tiempos de crisis parece que todos los gatos son pardos. Incluso el de
la sanidad: dejemos a los que saben organizar empresas -¿es la sanidad una
empresa? ¿No es cierto que el ICS tiene más de 41.000 trabajadores?- que tomen
el mando. Copio: "El modelo (sanitario catalán) debe modificarse
(legislativamente) para incorporar la participación del personal directivo y de
mando en la selección final de los profesionales". ¡Ajá!: serán los
gerentes -formados en excelsas escuelas de negocios, todo queda en casa-
quienes elegirán a médicos, enfermeras y tutti
quanti. Se quiere acabar con el actual sistema de oposiciones: "Un
punto clave de motivación de este cambio es modificar el modelo contractual
para flexibilizar la gestión de los recursos humanos". ¡Ah!
En consecuencia, cuando vayamos al ambulatorio o a urgencias en busca de un
médico que nos mitigue el dolor, nos encontraremos con un MBA -o un aspirante a
millonario- que nos acogerá pidiéndonos el talonario. Sin esa contraseña, acaso
acabemos rabiando de dolor en la calle, como pasaba en Estados Unidos antes de
que el pobre presidente Obama intentara copiar el obsoleto modelo de la sanidad
europea. Y si al fin, tras haber abonado el oro de Moscú, damos con el médico,
nos encontraremos, también, con un señor
de negocios. El hospital y el ambulatorio será un lugar donde lo que
motivará a los trabajadores no será curar nuestros padecimientos, sino el (su)
beneficio. El plan es incentivar al personal para que se reinventen en
empresarios. Imagino que no están hablando de una cooperativa, precisamente.
No está mal como cambio de valores. ¿Es esto lo que avala el actual Gobierno
de la Generalitat? ¿Tenía otro sentido el nombramiento del consejero Boi Ruiz,
experto en patronales sanitarias? ¿No es el Gobierno catalán un nido de
profesores empresarios que consideran al ser humano un producto y la vida una
carrera para sacar beneficios? ¿No justifica la actual crisis este
ultraeconomicismo? ¿Es que podemos salir de la crisis sin este tipo de
innovaciones de economistas a los que Florence Noiville (imprescindible: Soy economista y os pido disculpas, Ed.
Deusto) llama "golden borregos"?
Nos llega ahora a Cataluña lo que en otros sitios es ya una oleada caduca y
fracasada. Todos sabemos que hospitales y ambulatorios necesitan una buena,
extraordinaria, organización. Buena organización es aquella en la que cada uno
tiene su lugar y nunca sobra tiempo, por lo cual se ahorra, por principio.
Quienes hemos sido pacientes hemos admirado el trabajo de nuestros médicos,
enfermeras y auxiliares. Estamos agradecidos a ellos y orgullosos de haber
contribuido a que haya gente en nuestro país que sepa ayudar a sufrir menos.
Sabemos de su responsabilidad y de que trabajan muchas veces hasta el
agotamiento. Suelen ser admirables tal como son.
¿No se ponen enfermos los alumnos de estas nefastas business schools que pretenden que los médicos hagan negocio con el
sufrimiento? ¿Qué insinuaba el consejero Boi Ruiz cuando dijo que a los médicos
se les iban a pedir "resultados"? ¿Se cuentan estos
"resultados" por muertos, por visitas...? ¿Cómo se mide la
productividad de un médico o de una enfermera?
La puntilla es que el documento hasta planea realizar un plan de
comunicación "para controlar el mensaje" y "reclutar líderes de
opinión". Este es el estilo.
Qué asco
MARUJA TORRES - EL PAÍS - 20/10/2011
Me entero de las verdaderas intenciones sanitarias de Mas & Companys
mientras visito Beirut. Cuando vivía aquí, siempre que me ponía enferma tenía
que entrar en Urgencias con un cheque de 500 dólares entre los dientes. Por
entonces me consolaba pensando que cuando regresara a Barcelona me atenderían
esos excelentes profesionales de la Sanitat
Pública en los que tanto confío, y que lo harían gratis y bien, usando las
instalaciones y los adelantos que han sabido acumular a lo largo del tiempo. Un
tiempo durante el cual los trabajadores españoles hemos cotizado puntualmente.
Yo, concretamente, durante 51 años.
Si lo llego a saber, me lo gasto en chulos. Todo eso de que la
privatización descarada -toma ya, Esperanza Aguirre: te han pasado por la
izquierda tus compadres catalanes- no va a repercutir en los enfermos me lo
tomo como me vengo tomando todo lo que se nos cuenta últimamente desde las
alturas, confiando ellos en que seamos, además de indiferentes, imbéciles: me
lo tomo con el dedo medio de la mano derecha en posición levantisca. Es decir,
para ser más clara, con el dedo corazón dirigido precisamente hacia arriba, do
los destinatarios moran. Para empezar, vayámonos olvidando de la denominación
"pacientes", porque ellos ya lo han hecho. En adelante seremos
clientes. Tendremos enfermedades rentables para las empresas que se hagan con
el negocio, o sufriremos trastornos que no les reportarán beneficios. Y nuestro
médico, ese en quien confiamos, a saber adónde irá a parar. Eso sí, ya nunca
más estaremos obsoletos, prisioneros de un sistema pasado de moda, en el que
existían ambulatorios, camas, quirófanos y medicinas pagados por nosotros. Lo
más moderno, descuartizar lo público para que se beneficie la empresa privada,
pronto al alcance de todos. Porque Catalunya siempre ha sido la autonomía que
señala el camino.
Váyanse preparando.