miércoles, 2 de noviembre de 2011

Europa corre graves riesgos si no da un salto adelante

- El candidato del PSOE a la presidencia repasa la actualidad con Enric Hernàndez (director de El Periódico de Catalunya), 30 de octubre del 2011.



                                                                                       (Fotografía de José Luis Roca para El Periódico)

Hasta su proclamación como candidato del PSOE, se contaban con los dedos de una mano las entrevistas que había concedido a la prensa escrita. De verbo certero y gesto elocuente, Alfredo Pérez Rubalcaba prefiere las cámaras de televisión y los micrófonos de la radio; sabe que sus dotes profesorales y su poder de convicción se diluyen con la transcripción, forzosamente abreviada, de sus palabras. Por eso convenimos, por el bien de ambos, que el grueso de la entrevista no se desarrolle como tal, sino más bien como una conversación distendida, sin el encorsetado guión pregunta-respuesta. Lo que sigue es la reproducción, de nuevo forzosamente abreviada, de casi dos horas de charla.

EUROPA Y EL EURO

«Una decisión política tomada a medias»

«Tras un año y medio de poner parches al problema de la deuda griega, la Unión Europea ha cogido al fin el toro por los cuernos. El contagio de la crisis griega nos ha salido carísimo. Los acuerdos dan una solución creíble a Grecia y a las consecuencias para la banca del problema griego». Le objeto que la ampliación del fondo de rescate no es sino otro apaño: avales europeos convertidos en seguros que se titulizarán para captar inversores, como hacía Lehman Brothers antes de la quiebra. Y ahí asoma el Rubalcaba felino, un político en estado puro: «Esto es política. Por una vez lanzamos a los mercados un mensaje político de fortaleza, y no de fragilidad. Les decimos que somos solventes, que vamos a pagar, y nos dotamos de mecanismos de defensa para dejarles claro que, si especulan con nuestra deuda, se toparán con toda la potencia económica de Europa».

«Al final, nuestros problemas proceden de una decisión política tomada a medias: fundamos la Unión Económica y Monetaria, pero solo era monetaria, y no del todo. Solo previmos el escenario de crecimiento. Por eso el Banco Central Europeo tiene por única misión controlar la inflación y evitar el recalentamiento».

Nos detenemos en el error fundacional: estados que crean una moneda única para competir en el mundo como si fueran un solo estado, pero que no coordinan sus políticas para actuar como si de verdad lo fueran. «Exacto. Nos ha faltado conciencia europea. Entendimos que la globalización nos obligaba a tener una política económica común y a coordinar las reformas para ser en conjunto más competitivos ante los países emergentes. Las definimos muy bien en el Tratado de Lisboa. Solo falló una cosa: como comenta Felipe [González], pusimos una cláusula que decía: y esto cada uno lo hará como quiera. Pues se acabó; cada cual fue por su lado, y así estamos».

«Súmale a ello el peso de las políticas nacionales y la asincronía electoral: cuando un líder europeo afronta unas elecciones internas tiene menos margen de la maniobra, y cuando toma posesión resulta que el mandatario de al lado tiene las suyas. Hay que acabar con esto: o aprovechamos la crisis para dar un salto adelante en Europa o corremos graves riesgos. Ya no el de desmantelar el euro, lo que sería una gran locura y tendría un coste incalculable. No, el verdadero riesgo es perder el tren de la competitividad, porque ningún país europeo, tampoco Alemania, tiene tamaño suficiente para competir con China, la India, EEUU o Brasil. Yo siempre he sido europeísta por convicción; ahora, honestamente, lo soy por necesidad».

Pero la Europa que sueña Rubalcaba es solo un esbozo en un papel; la Europa real es la que impone la austeridad presupuestaria para salvar el euro, aun a costa de estrangular la recuperación económica. «El debate sobre la necesidad de introducir incentivos para reactivar la economía se abrirá paso en toda Europa. A Grecia se le ha exigido austeridad al límite, y ya hemos visto cómo le ha ido. Alemania debe ejercer de locomotora europea. No tiene sentido que tenga la misma política de austeridad con situaciones fiscales distintas, no es posible. Europa tiene que pensar en la reactivación económica, porque solo con políticas de austeridad no saldremos de la crisis. Merkel debe pensar que si España no crece, Alemania no vende. Si a tu vecino le va mal, a ti te acabará yendo mal también. No entender eso es tener una visión muy miope».

LA BANCA ESPAÑOLA

«Seremos ingenuos, pero no mentirosos»

Pero los nostálgicos keynesianos predican en el desierto. Entretanto, el Eurogrupo da otra vuelta de tuerca e impone a la banca española una recapitalización de casi 27.000 millones de euros. Adiós al crédito... «Para que los bancos den crédito primero tienen que recibirlo. Y eso, hasta la cumbre de esta semana, no pasaba. Los bancos españoles son solventes, hasta el punto de que se han apresurado a anunciar que lograrán recapitalizarse sin grandes dificultades y sin tener que recurrir a dinero público. Desde el principio de esta crisis, nuestra banca ha hecho un enorme ejercicio de transparencia. Se nos podrá tachar de ingenuos, pero no de mentirosos, que es lo que penalizan los mercados. Es verdad que el sistema financiero español aún no ha absorbido toda la burbuja inmobiliaria, pero lo está haciendo: de 45 cajas hemos pasado a un tercio, y bancarizadas. Es probable que el proceso de concentración siga con los bancos. Ya asumí que deberíamos haber pinchado antes la burbuja inmobiliaria, pero es que...».

Pero es que en la burbuja inmobiliaria todos vivíamos muy bien: bancos que con los tipos de interés baratos se endeudaron en exceso concediendo hipotecas sin las mínimas cautelas, clientes que compraron viviendas que no se podían permitir, administraciones con ingentes ingresos tributarios... Todos pecamos, pero la penitencia no se reparte por igual: a las entidades financieras se las ha ayudado con dinero público.

«No se les ha regalado nada; han recibido préstamos que tendrán que devolver. Pero sí, es verdad que una hipoteca es algo asimétrico: el banco tiene más datos para saber que es de alto riesgo que quien la suscribe. Por eso le pedí a la banca que cuando acabe la crisis haga un esfuerzo y ayude a crear empleo. Luego hubo una recaída de la crisis de la deuda de una profundidad insospechada, pero sigo pensando lo mismo».

INGRESOS Y GASTOS

«Un sistema fiscal más congruente»

Mientras España no supere la crisis y cree empleo, se avizoran nuevos recortes sociales... «Depende de quién gobierne. Habrá que equilibrar ingresos y gastos, ser austeros, mantener los derechos y subir los impuestos, por ejemplo, a las grandes fortunas y a quienes generan grandes plusvalías en muy poco tiempo». Se repite la historia: los gobiernos suben unos impuestos y bajan otros, pero ninguno acomete una reforma congruente del modelo fiscal. «Es verdad, hace falta un modelo fiscal más consistente y comprensible, sin tantas deducciones. Sobre los recortes sociales, habrá que abrir un debate para intentar fijar unos mínimos en toda España que aseguren la igualdad de derechos. Unas prestaciones mínimas en educación, sanidad y dependencia que todo español deberá tener cubiertas al margen de dónde se viva, y siempre respetando las competencias autonómicas. Y será necesaria una reforma sanitaria que garantice una mayor coordinación y centralización del gasto».

LA ENERGÍA NUCLEAR

«Con Fukushima todo ha cambiado»

Zapatero pasaba por ser el más antinuclear del Gobierno, pero el candidato le ha tomado delantera. «Con Fukushima todo ha cambiado; de ahí el giro copernicano de Merkel. Las nucleares se cerrarán cuando toque, y habrá que extremar los controles, reforzar nuestro liderazgo en las renovables y...». Y engrosar el déficit tarifario, ¿no? «No, hay que pinchar la burbuja tarifaria, cuyo déficit es superior al sanitario. Hay que aclarar cuánto cuesta un kilowatio. Todo indica que los costes de transición están sobredimensionados».

Mi proyecto es para cuatro años, gane o pierda las elecciones

Pasamos página de la economía, aunque no del todo. Tras la sentencia del Tribunal Constitucional, Catalunya se ha convertido en una piedra en el zapato del candidato socialista, que por más señas fue negociador del Estatut en Madrid.

EL ESTATUT

«Es difícil combatir la frustración catalana»

Presentación: el PSOE aceptó reformar el Estatut para satisfacer a Catalunya. Nudo: el Constitucional recortó el texto refrendado en Catalunya. Desenlace: un 45% de los catalanes apuesta por la independencia, según una reciente encuesta.

«Bueno, si pretendíamos arreglar el problema del encaje de Catalunya en España, hay que asumir que no lo logramos del todo. Aunque creo que al Estatuto hay que darle tiempo para desplegar sus posibilidades. El fallo del Constitucional, que no me gustó, no fue tan malo. Ahora Catalunya goza de más autogobierno que nunca. Con el tiempo se verá...».

Con el tiempo, quizá, pero los lazos emocionales entre Catalunya y España son más débiles ahora que cuando Zapatero llegó a la Moncloa. «En Catalunya se ha instalado un sentimiento de frustración muy difícil de combatir, fruto de la diferencia entre las expectativas políticas y la realidad. Y, además, en algunos sectores de la derecha de muchas comunidades se detecta una mayor incomodidad con Catalunya. No me canso de repetirlo: el culpable es Rajoy, que en la anterior legislatura cabalgó en la catalanofobia e hizo mucho daño». El término catalanofobia encaja bien con las últimas palabras del socialista Gregorio Peces-Barba... «Él mismo se ha se ha disculpado ya, pero no quiero dejar de decir que han sido unas declaraciones muy desafortunadas».

«Vuelvo al PP: me molesta que no se distinga entre Rajoy y yo, por mucho que ahora él lleve la piel de cordero y diga que se puede hablar del pacto fiscal. ¡Pero si puso a parir el pacto de financiación porque beneficiaba a Catalunya!».

LA FINANCIACIÓN

«El nuevo modelo, cuando toque»

Pero ahí está el PP: al alza en Catalunya y socio estable de CiU. «Es verdad que Artur Mas ha pasado de ir al notario a llamar a la puerta del registrador. Allá cada cual. Solo espero que la gente lo valore». Hasta hace poco, CiU era una aliada codiciada por el PSOE. Cuenta Duran que Zapatero le ofreció ser ministro... «Si se cuenta algo hay que contarlo todo. Habría que preguntarle a Duran si él quería y si consultó con alguien que le ordenó que no aceptara».

«Ahora me preocupa que el nacionalismo catalán vincule la crisis a la financiación, afirmando que con otro sistema no habría que hacer recortes en Catalunya. Ese discurso es muy peligroso». Le recuerdo que la demanda de converger con los resultados del concierto vasco ya no es monopolio del nacionalismo; también lo pide el PSC. «Eso es otra cosa. Primero hay que mirar al pasado: el modelo que pactaron PP y CiU dio a Catalunya poco más de 200 millones de euros; el que pactaron Zapatero y Montilla, bastantes más de 2.000. Además, el modelo PP-CiU era para toda la vida. Es bueno que todos vayan haciendo sus propuestas con vistas a la revisión del modelo en el 2013, que se evalúe cómo ha funcionado el sistema vigente y cómo mejorarlo». Ahora hay un dato objetivo: el PSC reclama reducir un 25% la aportación de Catalunya al resto del Estado. «Eso habrá que discutirlo cuando toque».

LAS ELECCIONES DEL 20-N

«Son tan importantes como las de 1977»

Vista la evolución de la crisis, cabe preguntarse si el adelanto electoral fue un acierto. «Fue una decisión institucional del presidente, que quiso dar tiempo al futuro Gobierno para elaborar un nuevo presupuesto. Yo la acepté y nunca fui a proponerle una fecha concreta, me hubiera parecido irrespetuoso hacerlo. Personalmente, espero que de la etapa de Zapatero se recuerde tanto la primera legislatura, cuando con el viento económico a favor se tomaron importantes medidas en materia de derechos sociales, como la segunda, teñida por la crisis económica más espantosa que jamás ha afrontado Europa».

Charlando sobre las recientes y exitosas primarias del socialismo francés, Rubalcaba rechaza paralelismos con la experiencia francesa: «En el PSOE no teníamos tiempo para celebrar unas elecciones abiertas a la ciudadanía como las de los socialistas franceses, un modelo más similar al de EEUU, con nuestras experiencias con las primarias, que no siempre han sido tan gratificantes».

Para poco gratificantes, las encuestas con que se desayuna últimamente, que presagian una mayoría más que absoluta de Rajoy. «Vivimos una situación política muy peculiares, con un grado de pesimismo que jamás había existido en España y en el conjunto de Europa. Espero que la gente se lo piense mucho antes de votar. Son una elecciones casi tan importantes como las de 1977».

Si tan importantes son los próximos cuatro años, el candidato que pierda las elecciones debería seguir al pie de cañón. En su caso, optando a la secretaría general del PSOE... «Soy muy respetuoso con mi partido y con sus mecanismos de decisión. Pero sí puedo decir que no acepto el reto de encabezar la candidatura del PSOE solo para pasar la valla de las elecciones. Mi proyecto es para cuatro años, gane o pierda, en el Gobierno o en la oposición. Mi compromiso no termina el 20-N.»

El independentismo se tendrá que combatir con la palabra

- Sin el proceso de paz frustrado del 2006, ¿hubiéramos llegado al cese definitivo de ETA?

A ETA romper aquel proceso le salió carísimo ante la sociedad vasca, fue inexplicable y produjo una fractura entre el mundo de Batasuna y la banda. Fue un error estratégico de fondo que provocó mucho dolor.

- ¿Hay algún elemento de continuidad entre aquel proceso de diálogo con ETA y el que ha desembocado en su abandono?

No. La ETA que decide el final es muy distinta de la que voló el proceso de paz. Los dirigentes más sanguinarios de ETA, los que rompieron el alto el fuego en el 2006 y mantenían la disciplina militar en la banda, fueron detenidos después. De hecho, en gran medida la banda lo deja por su debilidad, fruto de la presión policial.

- ¿Y ahora qué?

Habrá que hacer cosas, pero esa será la responsabilidad del Gobierno y las Cortes que surjan del 20-N. Adelantarnos en este momento, a las puertas de las elecciones, no contribuiría a la necesaria unidad entre las fuerzas democráticas. Hay sectores del PP claramente posicionados en contra de todo lo que está pasando; echar gasolina a ese incendio no ayuda a apagarlo.

- ¿Qué cosas? Flexibilización de la política penitenciaria, excarcelación de los presos etarras...

Insisto: esa responsabilidad corresponderá al nuevo Gobierno.

- Declara Mariano Rajoy que en esta legislatura, a diferencia de la anterior, el PP ha apoyado la estrategia antiterrorista del Gobierno porque esta ha cambiado y porque esta vez sí se le ha mantenido informado.

Siempre ha estado informado por el Gobierno. Todos los gobiernos han hablado con la banda, y todos la han combatido después. Con un matiz: en 1998, ETA aprovechó la tregua y el diálogo con el Gobierno de Aznar para rearmarse; luego mató sin cuento. Mi obsesión en el 2006 era que no se repitiera la historia, que no nos pillara con la guardia baja. Así que, roto el alto el fuego, fue el Estado el que detuvo etarras sin cuento. Aznar hizo lo mismo que Zapatero con ETA, pero en su época hubo más muertos y en la nuestra, más etarras detenidos. Solo describo.

- Bajo las críticas de Jesús Eguiguren a la actitud del lendakari, Patxi López, en este proceso previo al fin del terrorismo late una cierta frustración, el temor a que ahora sea la izquierda aberzale la que capitalice en exceso el fin de ETA.

Jesús siempre ha tenido una posición más proactiva que los demás en todo este proceso. Él quería hacer más, creía que se tenían que dar pasos desde el Estado y desde el Gobierno vasco para acompañar el proceso de distanciamiento de Batasuna respecto a ETA. Yo siempre le dije que debíamos mantenernos firmes. ¿Quién tenía razón? Creo que yo, pero da igual. Nadie le puede negar a Jesús que haya dedicado buena parte de su vida justamente a esto, a conquistar la paz.

- El fin de ETA dará alas en las urnas a la izquierda aberzale. ¿Se está gestando en Euskadi otro desafío independentista al Estado?

No, yo creo que no. Es cierto que hay gente decepcionada por el protagonismo creciente del mundo de Batasuna. Lo que yo trato de explicarles es que, con las leyes y los instrumentos del Estado de derecho, nosotros hemos combatido el terrorismo, no el independentismo. Quien pensó que acabar con ETA significaba la desaparición del independentismo vasco andaba muy equivocado. Quienes no estamos de acuerdo con el independentismo tendremos que combatirlo con los instrumentos de la democracia: la palabra, el razonamiento y la convicción.

- Así pues, ¿se tendrá que derogar la ley de partidos, una vez extinguido el terrorismo?

No hay por qué. Batasuna, a la que veíamos como la futura pista de aterrizaje de los etarras cuando cesase la violencia, promovió el pacto de Lizarra y el alto el fuego de 1998. Y cuando los etarras lo rompieron nos dimos cuenta de que Batasuna estaba en las instituciones para defender a ETA. Pero la ley de partidos no persigue ideas, no hay nada en ella que permita ilegalizar a nadie por el hecho de ser independentista. A la izquierda aberzale le dijimos: o bombas o votos. Si no hay bombas, la lucha por el voto es una competencia democrática. Ahora, en condiciones de igualdad.

- ¿Entiende la insistencia del líder del PNV, Iñigo Urkullu, en agilizar las medidas penitenciarias en favor de los presos de ETA?

Bueno, él tiene su posición en relación con este tema. No se lo reprocho. Tengo que decir que, mientras he sido ministro de Interior, el PNV e Iñigo Urkullu siempre me han brindado su apoyo, siempre. Por lo tanto, con independencia de que ahora tenga una posición distinta a la mía, no puedo olvidar que desde el 2006, cuando tomé posesión, siempre he contado con su respaldo. Y que cuando tenían discrepancias conmigo me lo han dicho en privado. Eso no lo puedo olvidar.