En una ràpida primera impressió de la remodelació del govern d’Espanya del Zapatero, el gran periodista Miguel Ángel Aguilar, va publicar en La Vanguardia el 21 d’octubre aquest article. On demostra la seva capacitat i fa una interpretació política del que ha passat amb aquesta notícia, molt viu i informat sempre està aquest comentarista.
Primero, éxito absoluto del cuaderno azul o rojo. Sigilo completo hasta la puesta en escena de ayer a mediodía. Cero filtraciones. Ninguna interferencia previa de los medios de comunicación, que han dado cuenta de los hechos consumados. Los afectados lo han sabido al mismo tiempo que el público. Sin tiempo para prepararse. De ahí las sonrisas y lágrimas que exhibieron en el banco azul. Un mecanismo de precisión que recuerda el motorista de El Pardo.
Segundo, recordemos el artículo 100 de la Constitución , donde se dispone que los miembros del Gobierno serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta de su presidente. Por tanto, esa propuesta es competencia exclusiva de quien ocupa la presidencia.
Tercero, nadie decide en absoluta soledad por muy personales e intransferibles que sean las decisiones, sobre todo si afectan a terceros. Para desentrañar el sentido de la remodelación habría que saber dónde está el poder detrás del poder, a quiénes ha consultado el presidente del Gobierno. Desde luego, Alfredo Pérez Rubalcaba, guiño sucesorio, que ocupará la vicepresidencia primera, que conservará la cartera de Interior y que ha elegido a su lado como ministro de la Presidencia a Ramón Jáuregui. También José Blanco, que saca de Ferraz a Leire Pajín y la sustituye por Marcelino Iglesias. Falta por conocer en detalle la función desempeñada por José Enrique Serrano, quien sigue rehusando asumir una cartera.
Cuarto, Trinidad Jiménez ministra de Exteriores, como demostración de poder personal de Zapatero. Premio a la obediencia.
Quinto, un técnico probado a Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez. Un consuelo andaluz con Rosa Aguilar en Medio Ambiente Rural y Marino. Un brindis a la oposición al suprimir las carteras de Vivienda e Igualdad. Y una incógnita con el mantenimiento de Miguel Sebastián, que tiene paralizadas las decisiones en Energía.