El paper dels controls públics en els moviments de capitals (els famosos mercats) i les crisis financeres: que provoquen grans borses d'atur, com a eina potencialment inútil en els nous escenaris globals, és o pot ser, el final d'una era de les finances internacionals. Fins ara l'ortodòxia econòmica del capital, s'ha mostrat més que poc decantada sobre això, continuant volen deixar la defensa dels controls dels canvis administratius o fiscals, en mans de poders més ocults als governs.
D'això i més, s'ha parlat i debatut en el recent The World Economic de Davos (Suïssa). Llavors parem atenció, sense dogmatismes, a aquestes propostes aprenent dels encerts dels emergents, com ells ho fan dels nostres errors. De fet, tot hauria de formar part del llegat de les propostes que John Maynard Keynes economista britànic, les idees del qual van tenir una forta repercussió en les teories econòmiques i polítiques modernes, així com també en les polítiques fiscals de molts governs. Ara de nou es pot reconciliar: una certa estabilitat monetària internacional amb els marges de maniobra de les economies estatals i evidentment Europa i els EUA marcant cert ritme.
- Us deixo unes excel·lents cròniques periodístiques de Claudi Pérez realitzades per El País amb motiu de la trobada econòmica de caràcter global de Davos, amb una clara repercussió cap a Espanya:
Davos toma el pulso de la crisis con mínima presencia española
Merkel, Sarkozy y Cameron, entre los protagonistas
CLAUDI PÉREZ (ENVIADO ESPECIAL) - Davos - El PAÍS - 26/01/2011
Casi 25 millones de personas -más de la mitad de la población española- tienen más de un millón de dólares, una casa en propiedad, una colección de arte y un lustroso plan de pensiones, según un gran banco de inversión. En un mundo cada vez más dominado por las leyes del dinero, los ambiciosos, los competitivos, los anglosajones y los banqueros controlan la partida. Muchos de aquellos millonarios y la gran mayoría de los que tienen algo que decir en la citada partida de la economía mundial están desde hoy en Davos, que reúne desde los setenta a las élites globales en una exclusiva estación de esquí suiza.
El lema de esta edición es Reglas compartidas para la nueva realidad, pero purgando ese encabezamiento de retórica queda poco más o menos lo de siempre: tratar de salvar el mundo. Resulta difícil equivocarse al apostar a que el foro difícilmente va a satisfacer las expectativas.
Salgado expondrá la situación de España y de sus reformas
La guerra de divisas, el poderío emergente de China, el alza de los precios de las materias primas y los conflictos geopolíticos ocuparán buena parte de la cita. Pero los problemas fiscales de la eurozona y sus bancos dominarán la escena. La canciller alemana Angela Merkel será una de las grandes protagonistas de Davos 2011, a la que asistirán también Nicolas Sarkozy, David Cameron y sobre todo varios ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, que no acaba de cerrar una crisis casi endémica. La vicepresidenta española Elena Salgado -que participará en una sesión cerrada al público- encabeza la exigua representación española, acompañada de la directora del Tesoro, Soledad Núñez.
Apenas hay españoles -el economista Xavier Sala Martín y el geógrafo Enric Sala- entre el millar de elegidos por el foro para protagonizar las sesiones de este año. Los principales bancos estarán entre los asistentes: Francisco González, del BBVA, y Ana Patricia Botín, del grupo Santander, han confirmado su asistencia, junto a una decena larga de ejecutivos de otros sectores.
Lo más interesante de Davos no son las sesiones abiertas al público; ni siquiera las que se celebran a puerta cerrada. Son los pasillos. Y ahí no hay dudas de que España, con su reforma financiera recién sacada del horno, con las pensiones en plena negociación y con el miedo a que Portugal acabe pidiendo un rescate y reabra la crisis de la deuda, tendrá su cuota de protagonismo.
Davos mira con recelo hacia la economía española
Habrá un problema europeo y global si la situación no mejora
CLAUDI PÉREZ (ENVIADO ESPECIAL) - Davos - El PAÍS - 27/01/2011
Davos decreta el final de la crisis (luego resulta que no es para tanto). Los líderes reunidos en el Foro Económico Mundial, la cita anual del capitalismo, se felicitan por haber evitado una gran depresión. Hasta la banca ha vuelto a lo grande a Suiza. "Hubo un tiempo para el remordimiento, para pedir perdón; ese tiempo tiene que acabar", decía hace unos días Bob Diamond, de Barclays, en una actitud que comparte la superabundancia de banqueros que desfilan por el Foro, aunque en estos últimos años apenas hayan accedido a mascullar algo en la línea de "los incentivos fueron perversos". Lo peor ha pasado, y sin embargo aquí y allá hay dudas: la pandemia del paro, las burbujas de las materias primas y de los emergentes, esas cosas. Apenas nada comparable con el problema número uno: los capitanes de Davos coincidieron ayer en señalar la crisis europea como el principal riesgo global. Y dentro de Europa, a una economía en particular.
"Es demasiado grande para ser salvada", dice el gurú Roubini
"España no es un problema europeo, sino global", aseguró el ejecutivo del FMI y ex subdirector del Banco de China Zhu Min. Por el tamaño de su economía, por el volumen de su burbuja y por su interconexión con las potencias europeas, los asistentes al foro -académicos, políticos, ejecutivos y sobre todo banqueros y millonarios- miran con recelo hacia la economía española.
El problema de Davos es caer en una especie de bucle que se repite cada año. Una nevada fenomenal el primer día. Largas colas para recibir a las vedettes de la política y la economía que sacarán su bola de cristal para otear el horizonte global. VIPS que llegan en helicóptero y son escoltados por enjambres de guardaespaldas, coches de lujo y toda esa imperdonable lista de tópicos que caracterizan esta feria de las vanidades. Y el inevitable gurú de la crisis, Nouriel Roubini, encargado de disparar contra España desde la primera sesión.
"La crisis del euro amenaza la economía mundial; no son solo los riesgos soberanos, sino la acumulación de deuda pública y privada, la falta de competitividad, el escaso crecimiento, la contracción en algunos países", dijo Roubini. Y como traca final, el ya habitual recado: "La economía española es demasiado grande para caer, y demasiado grande para ser salvada. Europa necesita una respuesta política fuerte ante la posibilidad de contagio hacia España y Bélgica", afirmó en la sesión inaugural, tras asegurar que ve "el vaso medio lleno" en lo relativo a la economía mundial: una auténtica sorpresa en un tipo tan lúgubre en sus vaticinios que se ha ganado el apodo de Doctor Catástrofe.
Pero Roubini está en un extremo: casi nadie es tan visceral con España. Daniel Gros, del think tank CEPS, aseguró que puede que sea demasiado grande para caer, "pero no es demasiado grande para ser salvada". "Hay un compromiso para ampliar el plan de rescate, pero lo probable es que ni siquiera sea necesario: frente al problema de solvencia que presentan Grecia, Irlanda e incluso Portugal, España tiene únicamente un problema de liquidez". Gros desconfía del agujero inmobiliario y de las cajas: "La reforma financiera va en la buena dirección, pero no es suficiente. Es un error no dejar la posibilidad de que alguna caja quiebre", dijo, algo en lo que coincidió con el economista Xavier Sala Martín.
La economía mundial ha sorprendido favorablemente desde el último foro. "Y sin embargo, cuando parece que todo va bien aparece una sorpresa, la crisis de la deuda golpea de nuevo o hay una nueva sacudida en los mercados", explicó Ken Rogoff, ex economista jefe del FMI. En el caso de España, la capacidad de sorpresa negativa es amplia, a juzgar por las opiniones de los expertos consultados. "El euro tenía que traer convergencia a Europa y ha generado lo contrario: esta Europa de dos velocidades puede acabar teniendo una gran capacidad de destrucción", avisó George Soros. "Si no mejora, es evidente que España será un problema europeo y global. Y no estoy seguro de que con el estancamiento que se adivina la reforma financiera aprobada sea suficiente. Esos 20.000 millones para recapitalizar las cajas parecen escasos, a la vista del tamaño de la burbuja", advirtió Raghuram Rajan.
Pero hay visiones contrapuestas sobre España. "Roubini exagera su pesimismo. En un año o dos la crisis va a ceder. Se ha hecho lo necesario y la economía española es mucho más fuerte que la irlandesa o la portuguesa", cerró con optimismo el economista Jeff Sachs. Sachs, por cierto, fue profesor y mentor de Roubini. Y asesor de Zapatero, también por cierto.
"Si yo fuera una entidad financiera, preferiría no acudir al FROB"
La vicepresidenta analiza en una entrevista los cambios en el sistema financiero anunciados esta semana
CLAUDI PÉREZ (ENVIADO ESPECIAL) - Davos - El PAÍS - 28/01/2011
En apenas unas horas, Elena Salgado, vicepresidenta y ministra de Economía, exprime su agenda en reuniones con varios ministros europeos y otros asistentes al Foro Económico Mundial: esto es Davos, hoguera de vanidades pero también punto de encuentro de la política y la economía global. A la misma hora que, en Madrid, sindicatos y Ejecutivo redactan el esperado acuerdo sobre pensiones, Salgado interviene en una sesión privada y a puerta cerrada con inversores, con uno de esos títulos que tanto gustan aquí: Creando un crecimiento económico sostenible. Mientras espera su turno, la vicepresidenta se sienta unos minutos con EL PAÍS en una entrevista improvisada, a la carrera, como suelen ser en Davos este tipo de cosas.
El Ejecutivo presenta hoy la reforma de las pensiones y la propia Salgado ha anunciado esta semana el plan para el sistema financiero. Muchas cosas han cambiado desde que el año pasado, también en Davos, el presidente Zapatero recibiera un alud de críticas por su negacionismo de la crisis, en una sesión sobre el euro que se convirtió en un examen en toda regla para los últimos de la clase: la España de Zapatero y la Grecia de Yorgos Papandreu, que apenas tres meses después tuvo que ser rescatada.
Desde entonces, España se ha visto obligada a aplicar un draconiano plan de austeridad y reformas para recuperar la confianza. Y sin embargo los mercados se resisten a aflojar la presión. Los problemas están ahí y también Davos recela de España. Sentada junto a la directora del Tesoro, Soledad Núñez, Salgado repasa su conferencia sobre una pequeña mesa, mientras defiende con firmeza el impulso reformista del Gobierno: "la imagen de España ha mejorado en Davos respecto a la anterior edición, y mejorará aún más cuando se conozcan los detalles del acuerdo sobre pensiones", dispara.
Al final de la charla, en una austera sala semiescondida en lo alto del centro de congresos, Salgado departe aún unos minutos más con Axel Weber, presidente del Bundesbank, halcón de la política monetaria europea y puede que próximo presidente del Banco Central Europeo (BCE). Entonces aparecen en escena un sonriente Tim Geithner, secretario del Tesoro de EE UU, y Stanley Fisher, gobernador del banco central de Israel y apodado El Enterrador desde sus tiempos en el FMI. Davos en estado puro.
Pregunta. El Foro ha comenzado con ciertos recelos hacia España. Los mercados siguen en tensión respecto a la periferia de Europa. ¿Cambia las cosas el acuerdo con los agentes sociales sobre las pensiones?
Respuesta. El Gobierno está muy satisfecho de lo conseguido. El presidente Zapatero ha hecho un espléndido trabajo para lograr el pacto tras muchos meses de negociaciones. Además, la imagen de España ha mejorado en Davos respecto a la anterior edición, y mejorará aún más cuando se conozcan los detalles del acuerdo sobre pensiones. Es un gran paso adelante junto con la reforma financiera.
P. Los expertos consideran optimistas -o muy optimistas- esos 20.000 millones de euros en los que el Gobierno fija el máximo que necesitará la banca para recapitalizarse. El consenso del mercado son 50.000 millones. Y hay quien critica también que los plazos fijados, hasta septiembre, son demasiado largos.
R. En cuanto a la cifra, habrá que mirar entidad por entidad, sumar lo que necesita cada una. Y ese es el cálculo con los últimos datos disponibles. Y respecto a septiembre, es el plazo lógico para que las entidades tengan al menos dos meses desde la publicación de las pruebas de esfuerzo europeas para buscar financiación. Un plazo menor sería demasiado limitado.
"Es discutible que pueda hablarse de nacionalizaciones de las cajas"
P. El hecho de que las cajas que al final no puedan recapitalizarse y tengan que acudir al fondo de rescate se conviertan en bancos y se nacionalicen también despierta dudas...
R. Es discutible que esas operaciones puedan llamarse nacionalizaciones. Y en todo caso hay que destacar que son parciales, y sobre todo temporales. Dicho esto, si yo fuera una entidad financiera preferiría no tener que acudir al FROB : eso supone tener que aceptar un plan de reestructuración, una serie de premisas, y siempre es mejor acudir al sector privado para financiarse. Ese es uno de los objetivos de la reforma.
P. ¿La reforma es un final ordenado del modelo de cajas?
R. No se trata de eso. La reforma permite a las entidades bien capitalizadas seguir siendo cajas si lo desean. Eso es lo que se acordó con el sector.
P. ¿No va a ser muy difícil captar capital?
R. Veremos. Es uno de los grandes objetivos del plan.
P. ¿Por qué, después de los cambios en el sistema financiero y en las pensiones, la prima de riesgo sigue sin mejorar y prosigue la presión en los mercados?
R. La reforma de las pensiones es una gran noticia. Fundamental para acceder a un escalón diferente [en lo relativo a la deuda]. Y una muestra más de que el Gobierno prosigue un plan de reformas clarísimo: las medidas de mayo, la laboral, la financiera, las pensiones y lo que hay por delante, como la negociación colectiva.
"No nos preocupan los vencimientos ni la posibilidad de contagio"
P. Respecto a la deuda pública, ¿le preocupa el calendario de vencimientos o el posible contagio de otros países con problemas? ¿A qué atribuye el pesimismo de economistas como Nouriel Roubini?
R. No hay vencimientos hasta abril, y coinciden con un mes de ingresos importantes procedentes de los impuestos. Lo mismo sucede en julio. Por lo tanto, ese aspecto no nos preocupa, como tampoco la posibilidad de contagio. La presión del mercado ya ha cedido algo, y tras las reformas lo va a seguir haciendo. En cuanto a Roubini, dice exactamente lo mismo que dijo hace un año. Exactamente lo mismo.
Trichet pide sanciones casi automáticas a la indisciplina fiscal
C. P. - Davos - El PAÍS - 28/01/2011
El presidente del Banco Central Europea (BCE), Jean Claude Trichet, defendió ayer que las sanciones a los países de la zona euro que incumplan la norma y excedan el 3% de déficit público deberían ser más automáticas.
"Cuando tienes una moneda única, por supuesto necesitas una unión económica muy fuerte, con sanciones casi automáticas" a los déficits excesivos, dijo Trichet en uno de los debates del foro económico de Davos. "No hay contradicción entre un camino decidido hacia la responsabilidad fiscal y lo que es necesario para sentar las bases de crecimiento", agregó.
En este contexto, el presidente del BCE también apuntó que el plan de Reino Unido para reducir su déficit "es muy importante". A su juicio, ir por delante de la curva "es la consigna correcta".
La banca pasa al ataque en Davos con una ofensiva contra la regulación
Normas más estrictas restringirán el crédito y harán surgir entidades opacas
CLAUDI PÉREZ (ENVIADO ESPECIAL) - Davos - El PAÍS - 29/01/2011
Richard Fuld, ex presidente del ex banco Lehman Brothers, pasó por el Congreso de EE UU hace unos meses para explicar la debacle de esa entidad sin una sola disculpa. Sir Fred Goodwin, primer responsable del cataclismo y posterior rescate del Royal Bank of Scotland -más de 300.000 millones de euros-, reclamó tras su cese una pensión escandalosa sin musitar nada parecido a un mea culpa. Fuld y Goodwin eran habituales en Davos, como la mayoría de los ejecutivos cuyos bancos fueron salvados de la quema con dinero público en todo el Atlántico Norte y que han cambiado sus cargos y sus visitas a la estación de esquí suiza por el golf y una jubilación dorada. Sus sustitutos llevaban un par de años sin aparecer por Davos, o con un perfil sospechosamente bajo: la ira popular -y no tan popular: Obama llegó a llamarles "irresponsables"- desaconsejaba los alardes de Wall Street y compañía. Pero la recuperación ha vuelto, y con ella los beneficios de los bancos. La prueba de que la crisis empieza a mirarse por el retrovisor es que la banca ha vuelto al ataque en Davos. Con toda la artillería.
Los grandes bancos se reunen en privado para acordar una estrategia conjunta
El sector reclama a los Gobiernos que se ocupen del problema de la deuda
Goldman Sachs, JP Morgan, UBS, Citigroup. Los primeros espadas de los grandes bancos del mundo llevan toda la semana en Davos avisando de que una excesiva regulación financiera puede ser perjudicial para el crecimiento. En público y preferentemente en privado aseguran que las normas de Basilea III -que les exigen más capital- y la esperada reforma que lidera el G-20 pueden acabar restringiendo la concesión de créditos. Y advierten incluso de que la regulación en el corazón del sistema -los países avanzados- conducirá a un crecimiento de la banca en la sombra y de las entidades menos reguladas, como los fondos de alto riesgo. El más directo fue Jamie Dimon, de JP Morgan: "La nueva regulación elevará el coste del crédito para consumidores y empresas". "El riesgo se transferirá de las áreas reguladas a otras más opacas", abundó Gary Cohn, de Goldman Sachs.
A las andanadas en público, Davos añade un componente más oscuro. Capitaneados por Bob Diamond, de Barclays, los grandes bancos se reunieron ayer en privado para tratar de fijar una estrategia conjunta. Al final, la reunión -a la que se presentó el secretario del Tesoro de EE UU, Tim Geithner- trascendió, y se acabó conociendo incluso el programa: la inevitable regulación financiera, los problemas de deuda soberana y las innovaciones financieras.
La tensión está ahí: unas horas antes, Dimon se había enfrentado al presidente francés, Nicolas Sarkozy, que a través de la presidencia del G-20 ha avanzado sus propuestas de imponer una tasa a las transacciones financieras y de reformar tanto el mercado de materias primas como el conjunto del sector financiero, en línea con el empujón regulatorio que parecía derivarse de las cumbres de Londres, Pittsburgh y Toronto y que ha acabado -por el momento- en agua de borrajas. "Ese estribillo constante que consiste en culpar a los banqueros, banqueros y más banqueros es improductivo e injusto", atacó Dimon. "El mundo ha pagado con decenas de millones de desempleados", replicó Sarkozy.
Eso fue el miércoles, pero el debate prosiguió ayer. La canciller alemana, Angela Merkel, terció en esa polémica con un apoyo inequívoco a Sarkozy: "La regulación es necesaria y las empresas no deben luchar en su contra". Ese pulso entre reguladores y bancos no ha acabado. El sector financiero ha organizado hoy una nueva reunión, esta vez con los reguladores europeos y estadounidenses, con la participación de Santander y BBVA: Ana Patricia Botín y Francisco González se dejaron ver ayer por el Foro Económico Mundial. Pero la estrategia ya es evidente: frente a quienes piden más regulación, la banca reclama a los Gobiernos europeos y norteamericano que se centren en resolver los problemas de la deuda soberana, "el mayor riesgo potencial para Europa, pero no solo para Europa: para todo el mundo", explicó ayer Dimon.
El economista del MIT Simon Johnson aseguró a este periódico que es una "tristísima ironía" que los bancos "que han recibido el rescate con dinero público más generoso de la historia desvíen la atención con desinformaciones interesadas hacia los problemas con la deuda pública que han contribuido a crear". "La proliferación de bancos que no eran bancos, el uso omnipresente de derivados más con el fin de incrementar que de limitar el riesgo, el uso de vehículos fuera de balance y en general toda esa cultura de casino fue consecuencia de la desregulación. Resulta sencillamente increíble que de nuevo los banqueros quieran saltarse directamente las reglas, o eviten que la necesaria regulación se imponga", cerró Johnson, ex economista jefe del FMI, frente a una taza humeante en una cafetería de Davos.
Europa y Estados Unidos discrepan de las recetas contra la crisis
C. PÉREZ - Davos - El PAÍS - 29/01/2011
"Si el euro fracasa, fracasa Europa". La canciller de Alemania, Angela Merkel, repitió ayer ese mantra en el Foro Económico Mundial de Davos, al que han acudido en masa los mandatarios europeos para defender la Unión ante los embates de la crisis fiscal. Merkel defendió la vía alemana -"ahorro y crecimiento no tienen por qué ser términos antagónicos"- y la necesidad de seguir en el camino de austeridad que ha marcado Alemania para toda Europa. Y al que le ha salido un alumno aventajado: El primer ministro británico, David Cameron, apareció ayer por Davos para hacer una encendida defensa de los planes de recortes en toda Europa. El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, defendió la receta contraria: no precipitarse en la reducción del gasto público hasta que la recuperación se consolide. Davos fue así el escenario de un capítulo más de ese interminable debate entre austeridad y crecimiento, que marcará la agenda económica a ambos lados del Atlántico durante los próximos años.
En un discurso ante la élite económica mundial, Cameron volvió a defender con uñas y dientes los recortes europeos -entre los que el británico es uno de los más destacados, con la reducción de medio millón de empleos públicos, entre otras medidas-, destinados a embridar déficits públicos desbocados. La prioridad de Europa "debe ser matar el fantasma de esas gigantescas deudas soberanas", explicó.
Esa estrategia ha tropezado con una piedra en el camino: Reino Unido anunció el pasado viernes una caída del 0,5% del PIB, que alienta los argumentos de quienes aseguran que la oleada de austeridad que recorre Europa puede provocar una recaída en la recesión en algunos países.
A diferencia de Cameron, Geithner, presentó poco después una visión casi opuesta, al afirmar que no es "razonable" reducir los déficits públicos mediante drásticos recortes en el gasto público en este momento, al menos en EE UU. "Algunos quieren ir muy rápido en lo referente a los recortes en los gastos: ese no es un método razonable", atacó. "Hay que estar seguro de no afectar la reactivación", insistió: "Pasar demasiado rápido a recortes sustanciales puede hundir un incipiente crecimiento".
El mundo se despierta a tres velocidades
Davos cierra con moderado optimismo sobre la salida de la crisis - Europa queda relegada a la cola del crecimiento
CLAUDI PÉREZ (ENVIADO ESPECIAL) - Davos - El PAÍS - 30/01/2011
El zapato es un arma cargada de futuro. Un puñado de manifestantes trataba ayer de llegar hasta el Foro Económico Mundial, en Davos, cargados con bolsas de las que sobresalía todo tipo de calzado destinado a la cabeza de los asistentes a la cumbre, moda que inició un periodista iraquí con un lanzamiento fallido hacia George W. Bush. La exclusiva estación de esquí alpina estaba tomada por la policía y los militares, pero los manifestantes llegaron cerca del congreso, donde les disolvieron con cañones de agua y disparos de pelotas de goma. Pese a todo, sus voces no se escucharon en el foro, siempre tan pulcro, tan cuidadoso con que nada empañe la cumbre. Lo mismo pasa con algunas ideas: Davos impone una suerte de consenso, un discurso central del que en esta edición emerge un moderado optimismo que los capitanes del capitalismo se empeñan en matizar, al menos en público. Una salida de la crisis a tres velocidades -pero salida, al cabo- combinada con varios focos de infección potencialmente peligrosos. A saber: Egipto y otras muestras de la incipiente crisis social; la interminable crisis fiscal de la eurozona; la posible guerra de divisas; la escalada de precios del petróleo, los alimentos y otras materias primas, y el miedo a las burbujas en países emergentes.
De eso, de la salida de la crisis y de los riesgos asociados, es de lo que se habla en el 95% de las sesiones; también en los pasillos del congreso, entre bocadillos y peculiares ensaladas, donde de veras hay que tomar el pulso a las élites. Y luego está el otro 5%, una mezcla de ideas rompedoras y apuestas intelectuales, a veces excéntricas, siempre interesantes. Al cabo, Davos es un club exclusivo, como lo es el grupo Bilderberg, y por tanto siempre asociado a teorías conspiranoides. Y radicado en Suiza, cuna del secretismo financiero y de anteriores conciliábulos, como el que los economistas Friedman y Hayek crearon en 1947 para defender sus ideas de libre mercado con la hoy olvidada Sociedad Mont Pelerin.
La inflación vuelve a preocupar por el rápido crecimiento de los emergentes
- Tres velocidades; tal vez cuatro. Es paradigmático que haya sido un economista chino el padre del concepto de la salida del túnel en tres velocidades. Zhu Min, asesor especial del Fondo Monetario Internacional (FMI), acuñó la idea en la primera sesión de la cumbre. China es la punta de lanza del mundo emergente, con India, Brasil y Rusia, y en general Asia y América Latina, saliendo de la crisis a toda velocidad. Incluso parte del África sub-sahariana crece a buen ritmo. Esa parte del mundo ha superado ya con creces los niveles de actividad previos a la crisis y empieza a generar tensiones inflacionistas.
En el segundo vagón viajan Estados Unidos, gracias a sus políticas de estímulo, con los países que mejor han capeado los problemas: Canadá, Suecia, Noruega, Finlandia o Australia, que nunca tuvieron burbuja inmobiliaria ni grandes niveles de deuda.
Y a la cola, en el tercer vehículo, Reino Unido y la eurozona, que, pese a la locomotora alemana, no acaba de solucionar la crisis fiscal y ha apostado por la austeridad germánica. Kenneth Rogoff, ex economista jefe del FMI, es de los que piensan que aún hay un cuarto escalón: "Japón lleva 20 años estancado, y combina una bomba demográfica, el envejecimiento de la población, con la mayor deuda del mundo", resume. Aun así, el resultado conjunto es tranquilizador: "Los emergentes crecerán el 6% este año, EE UU el 3%, y la zona euro y Japón menos del 2%. No está mal para la peor crisis desde la Gran Depresión ", abunda el economista Raghuram Rajan.
"No hay pesimismo en Davos, como no lo hay en el mundo a no ser que uno viaje a Europa y en particular a España", resume Moisés Naïm. Incluso entre los apocalípticos hay esperanza: el gurú Nouriel Roubini, conocido como Doctor Catástrofe por sus sombrías previsiones, se ha destapado con un sorprendente "el vaso está medio lleno".
Es normal que el optimismo campe a sus anchas entre los bancos y los capitanes de empresa: John Paulson, faro de quienes se dedican a las finanzas de alto riesgo, acaba de anunciar que ganó 5.000 millones de dólares el año pasado; eso sí es una crisis provechosa. Davos suele argumentar que quienes prevén una recuperación lenta ignoran una lección clave de la historia: cuanto más profundo es el declive, más vigorosa suele ser la salida. Claro que esta no es una crisis cualquiera. La analogía más clara es la Gran Depresión , de la que EE UU tardó casi una década en salir.
- La maldición china. Para Davos, en fin, la crisis es agua pasada. El Dow Jones está por encima de los niveles máximos que alcanzó en lo alto de la burbuja puntocom. La confianza empresarial se ha disparado. El paro está ahí, pero eso, en la montaña mágica, apenas cuenta: los mercados llevan un par de semanas dando muestras de un inusitado vigor y eso es todo lo que quiere oír el hombre de Davos. "Aquella maldición china que nos deseaba que vivamos tiempos interesantes ha durado más de tres años. Pero la crisis acabó, en el sentido de que es improbable que suceda algo que nos ponga otra vez al borde del abismo", apunta el profesor de Harvard Ricardo Hausmann.
Los empresarios que acuden a la cumbre coinciden en que Alemania ha aterrizado en Davos para decir con meridiana claridad que la crisis fiscal europea no pasará de marzo, cuando el fondo de rescate se convierta en un Fondo Monetario Europeo. Pero hay al menos dos muestras más que en Davos han marcado una línea entre el tono lastimero de ediciones anteriores y los nuevos bríos de 2011. "La prueba de que eso se acabó es que el sindicato de banqueros vuelve a actuar como lobby, a presionar contra toda reforma, a aparecer por Davos para defender esa tomadura de pelo que consiste en que la banca tenga que ganar un 25% más cada año porque si no amenaza con dar menos crédito y ahogar la economía", ataca Simon Johnson, del MIT. La otra razón es más peliaguda. El FMI, la OCDE y el resto de organismos multilaterales llevan 36 meses con el mismo mantra: "Riesgos a la baja"; es decir, más problemas. Eso se acabó: la inflación vuelve a preocupar, consecuencia del fuerte crecimiento. Pero el canario que canta en la mina es el de Reino Unido, o incluso España: economías con un crecimiento anémico, pero con un alza de precios superior ya el 3%.
"Es poco probable que España necesite reestructurar su deuda", dice Zedillo
- Riesgos de todas clases. Arthur Pigou escribió que el error del optimismo "muere con la crisis, pero al morir da luz a un error de pesimismo. Este nuevo error no nace como un bebé, sino como un gigante". Carmen Reinhart, economista del Peterson Institute, acaba de llegar de China para asistir a Davos: "Estos años nos olvidamos de que la inflación era un problema. Es el momento de volver a prestarle atención". No es el único: la lista de riesgos es extensa, empieza por Egipto y continúa en España. O tal vez ya no tanto. Roubini arrancó en Davos con el ya habitual toque de atención hacia España, pero la semana le ha sido poco propicia al gurú: las reformas han calado en la cumbre. "Grecia o Irlanda son otro problema: es poco, muy poco probable que España necesite una reestructuración de la deuda. Está siendo tratada injustamente en los mercados", explica el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo, ahora en Yale y en el Consejo de PRISA.
Los precios de los alimentos y el paro endémico en algunos países pueden convertirse en crisis sociales. Los analistas destacan también la formación de burbujas en los emergentes -y todas las burbujas estallan, como ha quedado de manifiesto en esta crisis-, así como la latente guerra de divisas. Toda crisis llega a su fin; pero la próxima crisis, venga de donde venga, es segura.
- Conspiraciones. "No hay nada que hacer contra las teorías de la conspiración", aseguraba hace unos días el aristócrata Etienne Davignon, presidente del Club Bilderberg. En Davos se pueden oír a montones. Pero tal vez más interesantes sean las ideas rompedoras con el statu quo. "Las cajas españolas no son el problema: lo son los bancos alemanes", sentencia el historiador económico Niall Ferguson en una entrevista a este diario. El propio Roubini deja entrever que la crisis europea toca a su fin: el problema en ciernes es EE UU. El déficit estadounidense cerrará 2011 doblando el europeo. La deuda ya supera la de la eurozona. Varios Estados, como California, Illinois y Nueva York tienen serios problemas. "La crisis europea le ha venido bien a EE UU; ha escondido los problemas. Pero ya está en primera línea de vulnerabilidad, y eso podría provocar una profunda, y desordenada, caída del dólar muy perjudicial para el mundo entero. Es para preocuparse", señala un empresario norteamericano que prefiere no identificarse. Así suele ser en Davos: las críticas se hacen preferiblemente en voz baja y off the record. Pero esa es otra historia.
'Narrativa': la palabra de Davos
El dilema de Davos, tras dos ediciones de capa caída, vuelve a ser el contraste entre la molesta política -las llamadas a una mayor regulación- y la ventajosa economía, con los beneficios que vuelven a exhibir las multinacionales. La casi completa desconexión entre la política y el mercado parece en Davos algo salido de Dickens: los expertos en relaciones internacionales vaticinan que vienen tiempos peores por las algaradas que ya se ven en Oriente Próximo; para los potenciales inversores se avecinan grandes momentos.
Los políticos aseguran que sin una nueva regulación financiera vendrá una crisis aún peor, y los bancos contraatacan amenazando con pinchar la recuperación si les exigen nuevas normas. En medio, Davos arma cada año un relato para entender lo que ocurre. La narrativa se ha erigido como uno de los grandes conceptos este año.
Se trata de explicar que la formación de una burbuja, por ejemplo, obedece al poder de una historia que va calando entre la gente: el mito de que los precios de la vivienda nunca caerían, el embelesamiento por las nuevas tecnologías previo a la burbuja puntocom. La narrativa de este año, explica Kevin Lu, del Banco Mundial, es "la nueva realidad": la lucha entre los defensores de cambiar las reglas para evitar una crisis por el mismo flanco y los defensores de volver al business as usual.
Entretanto, Davos invita a la sátira. "Disfrutemos responsablemente": una cena de lujo en la que el patrocinador imprime en la carta, junto al champán, la recomendación de marras. Una contradicción continua, en la que los presidentes de dos multinacionales abren un interesante debate sobre la desigualdad. O en la que una sesión sobre transparencia informativa se cierra a cal y canto para la prensa.
Alemania y Francia entierran la peor fase de la crisis del euro
Los líderes quieren ampliar el fondo de rescate en marzo
C. PÉREZ - Davos - El PAÍS - 30/01/2011
“El euro no va a sufrir ya grandes sacudidas”. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, y su homóloga francesa, Christine Lagarde, dieron ayer en Davos por concluida la peor fase de la crisis del euro, tras los rescates a Grecia e Irlanda, las presiones sobre Portugal y, en menor medida, España, Bélgica e Italia. “La situación se está asentando”, confirmó Lagarde en una de las últimas sesiones del Foro Económico Mundial. La canciller alemana, Angela Merkel, ha asegurado en Davos esta semana que el euro está a salvo. Y los líderes europeos han intensificado los contactos en Suiza para llegar a una cumbre especial, prevista para principios de marzo, para que la eurozona dé carpetazo definitivo a la crisis del euro con la ampliación del fondo de rescate y la extensión de los periodos de devolución de los préstamos de emergencia, con intereses más bajos, para ayudar así a los países que han recibido el salvavidas europeo —Grecia e Irlanda— a reestructurar la deuda privada.
La supervivencia de la moneda única "ya no está en duda", dice Barclays
Incluso la gran banca internacional se apuntó ayer a la defensa del euro de Lagarde y Schäuble. Bob Diamond, presidente de Barclays, aseguró que la supervivencia de la moneda única “ya no está en duda”, aunque añadió que aún pueden producirse episodios de volatilidad.
Alemania y Francia han ido de la mano en Davos, pero la política interna es diferente. De regreso a Alemania, la canciller Merkel dijo en un acto ante miembros de su partido, la CDU , que la solidaridad “no puede ser a coste cero”. Se refería a la necesidad de que los países europeos eleven su edad de jubilación hasta el listón alemán (67 años). La reforma de las pensiones anunciada por España el pasado viernes va justo en esa línea.
Junto con los últimos coletazos de la crisis fiscal europea, la ofensiva de la banca contra la nueva regulación financiera ha sido otro de los grandes debates de la edición de Davos de este año. Los primeros espadas de Bank of America, Deutsche Bank, Unicredit y los grandes bancos españoles, junto a docenas de ejecutivos de banca europeos y norteamericanos, se reunieron ayer con los reguladores bancarios a puerta cerrada para encontrar un punto de encuentro sobre la nueva normativa.
La reunión, a la que asistieron el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, y Barney Frank, del Comité de Servicios Financieros de EE UU, se saldó con un mensaje de conciliación tras la presión de los últimos días. Aunque la tensión no termina de ceder. Diamond, de Barclays, expresó ayer ante la prensa su “gratitud” por la presencia de los principales reguladores. “La mejor manera de decir gracias es empezar a dar créditos, dar remuneraciones razonables y mejorar los niveles de capital”, replicó Lagarde.
- Per molta més informació aquesta és la web de The World Economic de Davos: