El pacte social sobre pensions, pràcticament tancat, té una importància política que difícilment pot ser menyspreada. D'entrada, és un acord de llarg abast, probablement l'únic que aconsegueixi un ampli suport, polític i dels agents socials, de la cadena de reformes econòmiques en què s'ha embarcat el president Zapatero. És un èxit també per UGT i CC OO, ja que trenca amb la perniciosa actitud hostil, basada en la perniciosa defensa de drets, que la situació de l'economia i l'ocupació no recolzen, en la negociació amb Govern i empresaris. No menys important és l’esforç dels negociadors per buidar els dubtes que pugui suscitar entre els inversors la hipòtesi d'un eventual col·lapse del sistema de pensions, que lògicament portaria al fet que el Pressupost general de l'Estat hagués de fer-se càrrec d’aquest.
El contingut pactat dista molt d'una reforma radical, que trastoqui dràsticament les expectatives vitals dels treballadors. Govern i sindicats han acceptat que l'objectiu principal era perllongar la vida laboral efectiva de l'assalariat, abans que imposar dates rígides de jubilació. A grans trets ve a dir que: hi ha un ajornament de l'edat de jubilació (des dels 65 anys actuals fins als 67), el més important és una detallada casuística que estableix a relacionar vida laboral i jubilació. Així, un treballador només podrà jubilar-se als 65 anys amb la pensió completa si ha cotitzat durant 38,5 anys. Per a la resta dels treballadors serà necessari cotitzar durant 37 anys per retirar-se amb la pensió completa als 67 anys. La negociació ha fet possible un acord que era difícil (el Govern pensava que el mínim de cotització per jubilar-se als 65 eren 40 anys), però també dir, que en altres apartats el Ministeri de Treball s'ha mostrat gens flexible. Com ha estat que per calcular la pensió es tindran en compte els últims 25 anys, en lloc dels 15 de l'actualitat.
Algunes opinions han discutit de la reforma l'excessiva durada del període transitori per ampliar l'edat de jubilació. Tal com està pactat, començarà el 2013 i acabarà el 2027, de manera que la vida laboral augmentarà a un ritme d'un mes i mig per any. I això transmet: la clara voluntat política, de buscar la solvència del sistema de pensions amb més rapidesa.
La qüestió cabdal és si aquesta reforma cancel·la definitivament el risc d'un col·lapse del sistema de pensions. La resposta és que, molt probablement, el risc queda pràcticament conjurat durant els propers 40 anys. Sobretot si l'economia espanyola torna a taxes de creixement superiors al 2% i crea quantitats raonables d'ocupació. L'altra gran assignatura pendent de la nostra economia, a curt termini.
Ara la importància de la reforma és que trenca amb la idea que el sistema de pensions és intocable i instaura el precedent que pot revisar-se periòdicament per corregir les deficiències sense que això constitueixi un drama social. Resumint, és un èxit polític que cal atribuir a la insistència del Govern espanyol i a la flexibilitat dels sindicats, que han actuat amb una enorme resposabilitat.
- Una interessant opinió política:
Ocho meses después
LUIS R. AIZPEOLEA - EL PAÍS - 28/01/2011
Cinco días después de la noche aciaga del Ecofin del 8 de mayo de 2010, en que la economía española estuvo al borde del abismo, José Luis Rodríguez Zapatero inició en solitario la carrera al galope de unas reformas impopulares, con la congelación de las pensiones y la bajada del sueldo de los funcionarios, para contener a los mercados. En la votación de aquel decreto, Zapatero estuvo tan solo que salvó el test parlamentario por un solo voto.
Ayer, recordaba este dato a Zapatero uno de sus colaboradores para ilustrar la importancia del camino recorrido en este tiempo, desde el 8 de mayo, con el pacto sobre la reforma de las pensiones que acaba de cerrar con los sindicatos al que se sumarán más partidos.
Un acuerdo que el entorno de Zapatero no oculta que es el más importante logrado desde los Pactos de La Moncloa de 1979 -se ampliará a la política industrial y energética- y que, además, garantiza un amplio respaldo al proceso de reformas que el presidente inició en solitario hace ocho meses y que impulsó en octubre con el nombramiento de Valeriano Gómez como ministro de Trabajo y de Alfredo Pérez Rubalcaba como vicepresidente.
Zapatero concede especial importancia a este acuerdo no solo porque asegura su decidida apuesta por la política de reformas sino por el mensaje de estabilidad política que dirige tanto a los mercados internaciones como a los inversores nacionales. Tampoco es menor lo que supone de reconciliación con sus bases sociales la recuperación del pacto con los sindicatos, roto desde mayo, así como su impacto en el PSOE, que ahora aborda en mejores condiciones unas complicadas elecciones municipales.
- Tres bons articles d’opinió dels protagonistes de l’acord:
Un pacto siempre es mejor
El responsable del PSOE en la negociación con los partidos de la reforma de las pensiones asegura que se recupera un modo de hacer política que ha sido muy beneficioso para España
Jesús Caldera vicepresidente de la Fundación IDEAS y ha sido ministro de Trabajo entre 2004 y 2008 - EL PAÍS - 27/01/2011
El acuerdo alcanzado entre el Gobierno y los agentes sociales para la reforma del sistema de pensiones es una buena noticia, que será aún mejor cuando se amplíe al resto de temas que estaban en la mesa de diálogo, como la negociación colectiva o la remodelación de las políticas activas de empleo.
El pacto social recupera un modo de hacer política que ha sido muy beneficioso para nuestro país. Cuando los cambios se producen tras una negociación constructiva todos ganamos. Esa es la fuerza del diálogo social que los socialistas siempre hemos defendido, que ha presidido los períodos de mejoras simultáneas en el ámbito de la eficiencia económica y la equidad social.
Con este acuerdo, todos ganamos. El Gobierno se garantiza que las reformas serán más efectivas y más rápidas porque se aplicarán en el día a día con la complicidad de empresarios y trabajadores; los agentes sociales ganan legitimidad social porque demuestran su compromiso con la transformación socioeconómica que precisa nuestro país; y la sociedad gana en su conjunto porque el gran pacto social reducirá las incertidumbres que nos venían acosando y supone un paso más hacia la recuperación económica.
Hace 90 años, cuando una persona nacía, no tenía cubierto ninguno de los riesgos vitales a los que se enfrentan los trabajadores: la enfermedad, el desempleo, el envejecimiento o la incapacidad. Hoy en día los tiene todos cubiertos gracias a políticas impulsadas por los Gobiernos socialistas a partir del diálogo social. Este pacto es un paso decisivo en esa dirección, que da respuesta a una situación que requería el esfuerzo que se va a hacer.
Desde 1919, cuando nace el sistema de pensiones en España, 22 millones de pensionistas se han beneficiado de él. En los próximos 35 años nuestro sistema afrontará la necesidad de dar cobertura a otros 22 millones, con la diferencia de que van a vivir el doble y con una pensión mucho mejor. Esta reforma garantiza que el sistema público de pensiones podrá responder a este desafío y seguirá proporcionando bienestar a los mayores de este país. Es un logro de todos, de los trabajadores, de los empresarios y de todos los partidos del arco parlamentario. Ya hemos comprobado la buena disposición de la mayoría que aprobó a principios de esta semana las recomendaciones del Pacto de Toledo. Ahora, sería deseable que el resto de grupos parlamentarios se sumaran al acuerdo.
El año pasado terminó con dudas sobre la solvencia económica de nuestro país y con un clima poco constructivo de enfrentamiento social y político. Sin embargo, este año ha comenzado mucho mejor. Los últimos datos disponibles demuestran que el déficit público está bajo control, el déficit exterior sigue cayendo, la producción industrial se está recuperando y algunos de los sectores que deberán protagonizar el nuevo modelo económico ya están despuntando. Esta senda positiva se verá reforzada por el pacto social alcanzado. Y será la demostración de que la salida a la crisis será aún más sólida si se hace reforzando nuestro modelo de bienestar.
La necesidad de preservar la cultura del acuerdo
Cándido Méndez y Ignacio Fernández Toxo secretarios generales de UGT y CC OO - EL PAÍS - 28/01/2011
En la actual situación de España de crisis económica y de empleo, con cerca de cuatro millones de parados, es preciso destacar que hemos sido capaces de articular un Pacto de Estado que preserva del debate electoralista y el conflicto social la esencia misma de nuestro Estado de Bienestar: las pensiones. Gracias al método instaurado en el Pacto de Toledo, basado en la negociación y el acuerdo, se ha conseguido realizar las reformas necesarias con una altísima legitimación social. Una legitimación, por cierto, tanto de los contenidos de los propios acuerdos como de quienes los han hecho posibles.
Con este método nuestras pensiones están insertas en un proceso periódico, casi podríamos decir que sistemático, de reformas en las que llevamos embarcados más de 15 años. Se han realizado varias reformas legislativas. Todas ellas engarzadas en una hoja de ruta clara y consensuada, presidida por las recomendaciones parlamentarias del Pacto de Toledo.
La seña distintiva de todas estas reformas ha sido la de la negociación y los acuerdos amplios en el ámbito político (Congreso) y en el social (con sindicatos y empresarios). Esto ha hecho posible que todas ellas hayan estado presididas por la lógica del equilibrio, que sólo puede derivarse del debate y el acuerdo entre quienes representan el conjunto de intereses que conforman lo que llamamos "el interés general". Hemos demostrado sobradamente que la negociación no significa inacción, sino todo lo contrario.
Desde el movimiento sindical somos conscientes de que las reformas del sistema de pensiones son necesarias, pero no para calmar a los mercados (como está argumentando el Gobierno) sino para garantizar la calidad de las pensiones y preservar sus niveles de protección en el futuro como consecuencia del reto demográfico y financiero que deben afrontar. Sabemos que el principal reto que hemos de abordar en pocas décadas es el de tener que pagar más pensiones, durante más tiempo y más altas. Para ello hemos puesto en la mesa de negociación propuestas alternativas al retraso obligatorio y generalizado de la edad de jubilación a los 67 años que planteó el Gobierno.
Es posible mejorar la protección social y asegurar la sostenibilidad del sistema sin recurrir a meros recortes de derechos, actuando de forma equilibrada sobre los ingresos, los gastos y la equidad interna del sistema de pensiones; mejorando su contributividad, la protección social de las mujeres y los jóvenes como alternativa a la reducción del gasto.
Nuestro objetivo es garantizar la sostenibilidad del sistema y la cohesión social.
Una reforma para lograr un sistema sostenible
Juan Rosell presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) - EL PAÍS - 28/01/2011
Desde hace mucho tiempo, los empresarios españoles venimos pidiendo que se lleven a cabo reformas estructurales que afecten a diversos ámbitos económicos y sociales.
Consideramos que estos cambios, aplicados con su tempo más adecuado, son la mejor medicina para salir de la crisis económica actual. La reforma de las pensiones, por poner un ejemplo, resulta una de las más acuciantes y la hemos de llevar a cabo con intensidad y profundidad, involucrándonos todos en esta tarea: el Gobierno, los interlocutores sociales y los políticos, es decir, toda la sociedad en su conjunto, remando todos de esta manera en una misma dirección.
Los datos son tozudos. En España, en la actualidad la edad legal de la jubilación de los trabajadores está fijada en el límite de los 65 años. Sin embargo, la realidad nos demuestra que el promedio de edad viene realmente marcado en los 63,5, y que cada año se jubilan más de 270.000 personas.
Estas y otras cifras nos indican que la reforma económica es necesaria y, por tanto, que debemos intentar llegar a un acuerdo. Todo indica que ahora estamos cerca de lograrlo. Los empresarios confiamos en que en los próximos días se cierren los capítulos y flecos que aún están pendientes, y esperamos poder tener de esta forma un documento en firme. En todo caso, ahora estamos en un buen momento para recordar los planteamientos empresariales.
Por un lado, tiene que garantizar la sostenibilidad y flexibilidad del sistema, de manera que se asegure a los mercados -tanto a los internacionales como a los españoles- que el gasto público no va a crecer hasta niveles que no se puedan financiar o que, para hacerlo, se tengan que elevar tanto los impuestos que se destruya el tejido empresarial.
De otro lado, con la reforma de las pensiones se debe aprovechar para crear el espacio necesario para que se reduzcan las cotizaciones sociales, puesto que no puede haber sostenibilidad si al mismo tiempo no se crea empleo.
Y no nos olvidemos de que una gran parte de las figuras impositivas en España lo son sobre el empleo. Por ello, la reforma debe hacer todo lo posible por reducir cotizaciones. Y en este sentido el acuerdo, tal como parece configurarse, significa un paso importante para que se logre esa reducción. Al igual que también lo es para mejorar en algunos aspectos relacionados con la flexibilidad en las empresas, en el ámbito de las cotizaciones de los autónomos y del tratamiento de las mutuas, entre otras cuestiones.